El riesgo de tener todo en un solo banco

Concentrar es cómodo, hasta que deja de funcionar

Greyson Gómez

10/26/20252 min read

La reciente caída simultánea de las plataformas de Bancolombia y Nequi no fue un simple fallo técnico: fue una alarma sobre la alta concentración del sistema financiero colombiano en una sola entidad. Cuando el banco más grande del país se detiene, el país entero se detiene. Esa es la verdadera dimensión del problema.

Durante varias horas, millones de usuarios no pudieron hacer transferencias, pagar nóminas, usar sus tarjetas ni acceder a sus recursos. El origen, según el propio banco, fue una falla externa en Amazon Web Services. Pero el efecto fue interno, directo y masivo. Lo que se vivió fue un riesgo sistémico en miniatura: un recordatorio de que la dependencia excesiva de un solo actor puede comprometer la estabilidad económica cotidiana.

Colombia tiene uno de los niveles de concentración bancaria más altos de América Latina. Un puñado de entidades domina más del 90 % de la cartera y los depósitos. Esa estructura deja poco margen de maniobra para el consumidor y amplifica los efectos de cualquier contingencia. Si una sola aplicación falla, medio país queda sin acceso al dinero. Si una tasa se ajusta, el mercado completo se mueve.

No se trata de atacar a una institución en particular. Bancolombia ha sido motor de inclusión financiera y ejemplo de transformación digital. Pero precisamente por su tamaño e interconexión, debería estar sometida a estándares de auditoría, respaldo tecnológico y supervisión equivalentes a los de un sistema crítico nacional. No es razonable que el servicio financiero de millones dependa de un único proveedor de nube ni de una sola arquitectura operativa.

Desde una óptica jurídica y de competencia, la concentración implica además un riesgo para la libre elección. Los usuarios no tienen alternativas reales en muchos territorios, y las fintech que intentan competir dependen, paradójicamente, de los mismos sistemas que controlan los grandes bancos. La digitalización no elimina el monopolio; puede sofisticarlo.

La Superintendencia Financiera y la Superintendencia de Industria y Comercio debería mirar este fenómeno con lentes de riesgo sistémico, no solo de cumplimiento operativo. En un entorno donde la banca digital es el canal dominante, la resiliencia tecnológica debe ser tan prioritaria como la solvencia patrimonial.

La lección es simple: cuando el dinero de todos pasa por un solo canal, la falla de uno se convierte en el problema de todos.

Y en un país que busca confianza, estabilidad y modernidad financiera, depender de una sola llave para abrir el sistema no es fortaleza. Es vulnerabilidad.

Greyson Gómez / Director Coafico

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