El trabajo si afecta la salud mental

Hablar de salud mental sigue siendo un tema pendiente en muchas organizaciones donde la productividad se mide en cifras y el tiempo parece nunca alcanzar. No se trata de una moda ni de una exageración generacional: se trata de un componente fundamental del desempeño humano y empresarial.

El trabajo dignifica, pero también puede desgastar. Las jornadas extensas, la presión constante por resultados, la falta de reconocimiento y la cultura del “siempre disponible” deterioran el equilibrio emocional de los profesionales. Detrás de cada correo enviado a medianoche o de cada reunión sin pausa, hay personas que, silenciosamente, están llegando a su límite.

El agotamiento emocional no se ve en los reportes de desempeño, pero se percibe en los equipos: baja motivación, errores frecuentes, conflictos y ausentismo. La fatiga mental es hoy uno de los principales enemigos de la productividad y, paradójicamente, muchas empresas aún no la reconocen como una prioridad de gestión.

El problema no es trabajar mucho, sino trabajar sin equilibrio. Una organización que mide el valor de su gente únicamente por los resultados está ignorando el costo humano detrás de cada logro. Y cuando el trabajador no establece límites, convierte el agotamiento en parte de su rutina, hasta normalizarlo como si fuera sinónimo de éxito.

Cuidar la salud mental no implica debilidad, implica visión. Los líderes que promueven espacios de confianza, comunicación y reconocimiento construyen equipos más estables y comprometidos. Los que lo ignoran, terminan rodeados de talento agotado, desconectado y sin propósito.

El verdadero rendimiento no nace del cansancio, sino del bienestar. En Coafico creemos que una mente equilibrada es un activo estratégico: sin ella, ningún sistema, proceso o indicador puede sostenerse en el tiempo.

Greyson Gómez / Director Coafico

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