Las problemáticas laborales

que siguen condicionando el desarrollo del país

Greyson Gómez

11/16/20252 min read

El mercado laboral colombiano presenta señales de avance en algunos sectores, pero mantiene desafíos estructurales que impactan la productividad, la estabilidad económica de los hogares y la competitividad empresarial. Son dificultades que no dependen de un solo actor y que requieren análisis sereno para comprender su alcance real.

La primera problemática es la informalidad laboral. Millones de trabajadores operan sin contrato, sin seguridad social y sin mecanismos de protección. La informalidad no es únicamente un tema fiscal; implica ausencia de estabilidad, baja capacidad de ahorro y un riesgo permanente para la salud y la vejez. Además, limita la productividad porque impide procesos de formación y profesionalización.

La segunda dificultad es la brecha entre oferta y demanda de talento. Muchos sectores productivos requieren perfiles técnicos y especializados que no siempre encuentran. Paralelamente, existe una población que no logra empleo formal porque sus competencias no corresponden a las necesidades actuales del mercado. Esta desconexión genera vacantes sin cubrir y, al mismo tiempo, personas sin oportunidad real de inserción laboral.

Un tercer punto crítico es la rotación temprana y la falta de estabilidad. En numerosos sectores la permanencia promedio de un trabajador es baja, lo que implica costos de capacitación, pérdida de experiencia acumulada y disminución de la productividad. La estabilidad no depende solo del contrato, sino de condiciones claras, bienestar laboral y procesos adecuados de gestión del talento.

La automatización y la transformación digital representan otro desafío. Si bien abren oportunidades, también desplazan empleos tradicionales. El problema no es la tecnología en sí, sino la velocidad con la que avanza frente a la capacidad de capacitación disponible. La falta de planes de reconversión laboral deja a muchos trabajadores en riesgo de quedar por fuera del mercado.

Finalmente, persiste la brecha de calidad en el empleo. Dos personas pueden estar formalmente vinculadas, pero con condiciones muy diferentes: una con estabilidad, formación y oportunidades de crecimiento; otra con jornadas extensas, salarios bajos y escasa protección. Esta disparidad genera desigualdad en resultados sociales y económicos.

Las problemáticas laborales requieren soluciones coordinadas: educación pertinente, políticas públicas basadas en evidencia, gestión empresarial moderna y un entorno de trabajo que promueva productividad y bienestar. No se trata de buscar culpables, sino de reconocer que el mercado laboral es un sistema complejo que solo mejora cuando las acciones son integrales y sostenidas.

El país tiene talento, capacidad productiva y sectores en expansión. El reto es cerrar las brechas para que el empleo deje de ser una incertidumbre y se convierta en un verdadero motor de desarrollo.

Greyson Gómez / Director Coafico

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